Durante la temporada 2002-03, el
Swansea era el colista del fútbol inglés. Es decir, ocupaba el último puesto de
las cuatro categorías profesionales. La situación financiera también era
desesperada y el club se encontraba contra las cuerdas. Pero tras una épica
salvación en la última jornada, el equipo empezó a crecer con su apuesta por un
juego de toque y posesión y de la mano de una creciente influencia de sus
jugadores españoles. «Aunque el fútbol sea una industria de resultados, no creo
que el estilo de juego sea algo irrelevante», escribe Roberto Martínez, el gran
ideólogo del cambio, en el prólogo de este libro.
El comienzo no fue sencillo.
Guillermo Bauzá, otro de los españoles que vistieron la camiseta del Swansea,
recuerda que los aficionados no sabían cuándo tenían que animar: «Cuando ven un
fútbol típicamente inglés, saben lo que tienen que hacer». Pero con tantos
pases se encontraban desorientados.
La afición del equipo también
tiene mucho protagonismo en esta historia. Dieron un grandísimo ejemplo de
obstinación al arrebatar el equipo de las manos de un magnate que solo buscaba
el máximo beneficio posible. Hasta la fecha, el Swansea es un ejemplo de club
bien gestionado, con buena sintonía entre aficionados, jugadores y directivos.
Entre todos sacaron a este equipo galés de las catacumbas del fútbol inglés
hasta coronarse en Wembley con la conquista de la Copa de la Liga en el año
2013.
Este libro incluye el diario que
escribió Àngel Rangel durante su primer año en la Premier League.
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